Consisten en la inflamación de la vía urinaria causada por bacterias, siendo la más frecuente la Escherichia coli, la cual proviene del intestino grueso. Si la infección afecta sólo a la vía urinaria baja (vejiga urinaria) se le llama cistitis aguda bacteriana, en cambio si alcanza a los riñones se llama pielonefritis aguda. Existen otras bacterias que pueden causar las infecciones del tracto urinario: Enterococcus, Pseudomonas, Klebsiella, Staphylococcus epidermidis (poco frecuente) y proteus (asociado con litiasis urinaria).
Las infecciones del tracto urinario (ITU) en la edad pediátrica son comunes. Constituyen la segunda infección bacteriana más frecuentes en los niños, sólo superada por las infecciones respiratorias altas. Su importancia es primordial en los recién nacidos y los lactantes, ya que tienen mayor riesgo de compromiso de los riñones, pudiendo formar cicatrices anormales y su deterioro, afectando negativamente la función renal. Durante los primeros años de vida, el diagnóstico de las infecciones del tracto urinario son difíciles, puesto que no se presentan con síntomas específicos.
¿QUÉ FACTORES PUEDEN INFLUIR EN EL DESARROLLO DE LAS ITU?
Entre estos factores pueden estar una mala higiene, o el mal hábito de aguantar el deseo de orinar durante muchas horas, lo que facilita el crecimiento de las bacterias. Esto suele verse mucho en las niñas escolares.
En algunos casos esta enfermedad es originada por alteraciones en el funcionamiento de las vías urinarias, como problemas los obstructivos, o el reflujo vesicouretral; lo que aumentaría las probabilidades de desarrollar un daño renal crónico. Por eso es tan importante que los niños con infección urinaria sean evaluados por especialistas como el pediatra, el urólogo y/o el nefrólogo, quienes determinarán los estudios necesarios para descartar este tipo de situaciones.
¿CÓMO SE MANIFIESTAN LAS ITU?
Las ITU pueden presentarse con fiebre, irritabilidad, disminución del apetito, vómitos, diarrea, cambios en el olor de la orina, y problemas de desarrollo que pueden afectar el crecimiento. Los niños mayores de cuatro años, puesto que tienen ya la capacidad de comunicarse, pueden manifiestar ardor y frecuencia para orinar, color anormal y olor fuerte de la orina, incontinencia, molestias en el bajo vientre y dolor abdominal. Por el contrario en los niños de menor edad es más difícil detectar el problema ya que no pueden expresar los síntomas; razón por la que muchas veces las madres no se dan cuenta de que su hijo(a) tiene una infección urinaria.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN LAS ITU?
Cuando el urólogo o pediatra sospecha la existencia de una ITU, inicialmente deberá realizar un examen simple de orina y un urocultivo. En recién nacidos y menores de tres años se recomienda insertar un catéter (tubo hueco fino) en la uretra para obtener la muestra de orina. Con esto se obtiene orina directamente de la vejiga urinaria, evitándose la posibilidad de contaminación con el exterior. En los niños que orinan sólos, la muestra de orina se toma de la mitad del chorro, previa higiene de los genitales; retrayendo el prepucio en el caso de los niños, o separando los labios de la vulva en el caso de las niñas.
Se recomienda que todos los niños sean estudiados después de presentar la primera ITU, con en objeto de disminuir la incidencia de cicatrices renales y las secuelas a las que pueden conllevar (insuficiencia renal, hipertensión), al diagnosticar y tratar las anomalías congénitas (como por ejemplo el reflujo vesicoureteral ) que pudieran estar causando y perpetuando la enfermedad.
ESTUDIOS IMAGENOLÓGICOS:
Todos los niños que han presentado ITU febril necesitan realizarse estudios de imágenes:
1. Ultrasonido abdominal y pélvico: para buscar anormalidades a nivel del riñón y/o la vejiga urinaria.
2. Cistografía miccional: para descartar reflujo vesicoureteral, valvas uretrales posteriores, ureterocele y otras anormalidades urinarias. Este estudio debe realizarse con la orina estérile después de recibir tratamiento para la ITU, es decir sin infección, verificada mediante un urocultivo.
3.- Gammagrama renal: Este estudio muestra si existen cicatrices o daño del riñón resultantes de infecciones urinarias previas. Así mismo se utiliza para demostrar la función real de los riñones.
¿EN QUE CONSISTE EL TRATMIENTO DE LAS ITU?
El objetivo principal del tratamiento oportuno es prevenir o disminuir las complicaciones de la ITU, como el daño renal. Dependiendo del diagnóstico, el especialista recetará antibióticos y analgésicos, y establecerá su plan terapéutico dirigido hacia la causa de la ITU; necesitando algunas la realización de algún procedimiento quirúrgico.
¿QUE COMPLICACIONES SE PUEDEN PRESENTAR SI LA ITU NO SE DIAGNOSTICA Y SE TRATA A TIEMPO?
Si no se diagnostica y trata adecuadamente podría recurrir una o varias veces, y terminar dañando seriamente los riñones, produciendo una insuficiencia renal crónica e hipertensión arterial.
En el caso de los recién nacidos, adicionalmente la inmadurez inmunológica facilita la expansión de las bacterias a la sangre provocando una sepsis, situación ésta que pudiera ser muy peligrosa.
CONCLUSIÓN:
Es fundamental que apenas se detecten manifestaciones sugerentes de infección urinaria, sobre todo en menores de cuatro años, en quienes los riesgos de complicaciones son mayores, se consulte al pediatra quien podrá solicitar el apoyo del urólogo para el manejo en conjunto del problema.
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CATETERISMO VESICAL INTERMITENTE EN NINOS | |||||
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